- No ir a ningún lugar. Quedarme acá. ¿Para siempre?
- Si, para siempre.
- Joder no. No pienso quedarme acá, quiero irme lejos, ser independiente y empezar de nuevo.
- Para eso tendrías que cambiar tu actitud. No puedes cocinarte, no puedes lavar y ni siquiera eres capaz de mantener tu habitación ordenada por un día. Eres un desastre.
- Puedo cambiar, puedo intentarlo. Creceré, madurare y cambiare. Sólo déjame ir.
- Demuéstramelo. ¿Crees que seas capaz de hacer un cambio ahora? Preocuparte por algo... ¿Tus estudios quizás?
- ¡El colegio no es para mi! Ni la universidad. Debo ser libre, poder expresarme, demostrar mi arte... No necesito el colegio para eso.
- Estupideces... ¿Qué arte?
- Bueno... No lo se aún, en algo tendré que ser útil.
- Pero si no te gusta nada. Eres patética. No puedes hacer nada bien porque la flojera te vence, y siempre te vencerá si sigues así.
- ¡En algo tengo que ser buena!
- Bueno, sigue engañandote a ti misma, no llegarás a ningún lugar así.
- En algo tengo que ser buena... Debe haber algo, ¡tiene que haber algo!